El alquiler de un contenedor de acero de 12 metros para transportar mercadería en una ruta estándar entre China y Europa, según datos de Drewry, una consultora de investigación marítima, cuesta más de 14.000 dólares, a diferencia de los 1.920 dólares que se pagaban antes de la pandemia por el coronavirus, y encima ante la escasez de los mismos los pedidos no llegan a destino en tiempo y forma.
Algunas empresas, las más importantes del mundo, compraron los contenedores (tienen una vida útil de 15 años) que antes alquilaban, pero el costo es de casi el doble o el triple, de acuerdo al fabricante.
Ahora para las compañías más pequeñas los costos por el alquiler de un contenedor de acero de 6 metros ascienden a más de 10.000 dólares cuando antes pagaban 1.500 dólares.
En resumen para las empresas más grandes se transformó «en un dolor de cabeza», mientras que para las más chicas se convirtió «en una pesadilla». Pero ambos segmentos coinciden en que es un problema que parece no tener solución a corto plazo, cuando en el horizonte están el período álgido de las compras navideñas.
Con los contenedores desperdigados por Europa y Norteamérica, los retrasos en la cadena de suministro (desde chips de computadoras hasta batidos de McDonald´s) hacen que se necesiten aún más para cumplir con los pedidos.
La demanda de bienes (ropa, muebles, electrónica), por su parte, se disparó dando poco tiempo a la red de barcos, contenedores y camiones que reparten la mercancía por todo el mundo para ponerse al día.
Como resultado, los contenedores se volvieron increíblemente escasos (por las restricciones por el coronavirus) y extremadamente caros (por una fuerte demanda y una casi nula oferta). Y los costos de transporte siguen aumentando.
John Fossey, responsable de investigación de equipos y arrendamiento de contenedores en Drewry, refirió a las empresas que fabrican contenedores, que en su mayoría tienen su sede en China
«Tuvieron que hacer frente al aumento de los costos de las materias primas. Las cajas de envío se fabrican en gran parte con un tipo especial de acero que resiste la corrosión, y se encareció considerablemente, al igual que los materiales para su fondo, como la madera contrachapada y el bambú. Y también subió el costo de pagar a los trabajadores», enumeró.
«Se trata de una combinación de costos de la materia prima, aumento del costo de la mano de obra y un equilibrio muy fuerte entre la oferta y la demanda», finalizó.